lunes, 28 de septiembre de 2009

Una Flor Azul


Me atrevo a culparte de mi absurdo interno,
De mis desencuentros, y desvaríos.
Me atrevo a llevarte a mis pensamientos,
Para que veas lo que provocan tus argumentos.

Dividida en alma y cuerpo estoy ausente.
Se me escapa entre los dedos la arena del tiempo,
Como si mi condena fuese eternamente tuya,
Y mi razón de ser, tu falta de vida.

Algo vacía mi mente en un soplo.
Quedo ida en un limbo de pocos.
Hace rato descubriste mis vacilaciones
Y lloras al verme sin espíritu.

No he podido contarte con exactitud
Lo indescifrable de esos momentos,
En que me encuentro sola y en agonía.
Caes conmigo para levantarme.

Te has convertido en mi confidente,
Y no enloqueciste en los desmayos.
Me abrazas y me haces fuerte.
Te entregas a la espera de mis regresos.

¿Conoces la historia de aquellas flores?
Las pequeñas azules frente a la ventana.
Las dejó un alma en su memoria
Para que no la olviden.

Quiero dártelas a ramos,
Necesito saber que vas a recordarme.
No voy a alejarme del todo,
Sólo… sólo unos pasos.

28/09/2009

Annie

sábado, 19 de septiembre de 2009

Jaque mate al tuerto rey


Los puños cerrados en un gesto de impotencia.
Con el gusto amargo, de la bronca e injusticia,
De saber que en el país de los ciegos, el tuerto es rey,
Que seguirá cegando a los que quieran ver, verdades.

La pasión por los ideales apagada con obstáculos,
Creados por la mente siniestra del tirano avariento,
Al que se le hace agua la boca viendo oro y plata,
Y se olvida de sus promesas de un futuro a su gente.

Duele y se siente como corroe las venas,
La furia de verse atado de pies y manos.
Hay algo que se va muriendo adentro,
Y agoniza en un quejido por la infelicidad.

Quiero ser quien derroque al desalmado.
Con los dientes o las manos, o más bien con las palabras,
Que de mis entrañas salgan a iluminar las mentes.
Cueste lo cueste, sea la vida o sea la muerte.

Aunque me acusen de temerario,
De infantil, de ignorante o de iluso,
Por mis ideales vivo, por mis ideales lucho.
Contra la tiranía de los que se creen vivos,
O contra la desesperanza de los que mueren ciegos.
Por el valioso intento o por el triunfo pleno.

02/09/2009

Annie

domingo, 6 de septiembre de 2009

Crecer


Me faltan días para cumplir dieciocho años, y al parecer ya empecé a vivir esa crisis que vi vivir a otros antes...

Es hora de crecer, de independizarse, de tomar el toro por las astas, y construir tu presente proyectando tu futuro, aprendiendo del pasado.

Es complejo, uno flaquea seguido, experimenta decepciones, desilusiones que lastiman y dejan marcas. Pero después pensando comprende que esas marcas sirven para no volver a tropezar con la misma piedra.

Siento una opresión constante en mi pecho, y estoy alerta todo el tiempo, porque siento que salgo de un problema y en seguida va a aparecer otro. Veo esos problemas como una nube gigante sobre mi cabeza que nubla mi camino, y no entiendo por qué otros no ven esa nube como yo, siento que no me creen y empiezo a enojarme, me enfurezco y me aíslo, dejo de escucharlos, ellos están ciegos, no ven lo que me atormenta, no me entienden. Pero entonces el problema pasa, la nube se disuelve y la veo irse a la lejanía, resulto ser que era chiquita y que no era tan grave la tormenta. ¿Tenían razón los otros?

Ahí es cuando empiezo a reflexionar. Ese idioma raro en que me hablaban, todas esas palabras indescifrables que me decían y que me hacían pensar que estaban todos locos, cobran sentido, de repente hablo su misma lengua, los comprendo, y veo que era yo la que no entendía. Todo queda en mi memoria, y reaparece como un fantasma ante otra situación semejante, ya no me equivoco, ahora escucho atenta y acepto los consejos, eso me ayuda, y salgo adelante.

Pero aparecen nuevos conflictos, nuevos nubarrones gigantes que me obstruyen el camino, nuevas angustias, desesperaciones, vuelvo a flaquear, a errar, luego a pensar, y por último a aprender.

Las heridas van cerrando de a poco, y las cicatrices me recuerdan lo que me paso por jugar con fuego. Así voy creciendo, me voy haciendo fuerte, y construyo los sueños que tengo, los hago realidad, aceptando la ayuda que me quieren dar, y esforzándome para conseguir lo que quiero con mi propio trabajo. Soy quien forja mi destino, tomo las riendas de la vida, yo decido que quiero, y en la medida de lo posible lo creo para mí.

Sí, estoy por cumplir los dieciocho años, estoy atravesando esa crisis de descreimiento, de desilusión, de caídas y reincorporaciones. Me vuelvo reflexiva, pensante, alcanzo tal profundidad que logro conocerme, y entender de a poco la vida.

Las crisis no son malas, de hecho son necesarias, con ellas se aprende y se comprende. No es nada malo... simplemente se llama "Crecer".

02/09/2009

Annie