sábado, 22 de mayo de 2010

Mi cuarto y tu hora.





Con apenas un cuarto de siglo
Me fui de mi casa por viejos caminos.
Buscando una buena balanza
Que equilibre destinos en desgracia.

Y en mi joven Juventud tuve que caer en tus brazos,
Quebrando el punto exacto del extremo balanceado,
Llevando el corazón a la encrucijada de tu engaño,
Saltando los peldaños de aquella escalera en deterioro.

Nunca supe darme cuenta del peligro de unos ojos color miel,
Y caí en la perdición al rozar con mis dedos tu piel, que es
Peor que la de judas, cuando duermes me lleva al pecado,
Imaginando lo impensado en mi mente que se vuelve pudor.

Aún creo que en las dos semanas que duró nuestro amorío de verano,
El cielo nos abrió las puertas al más puro paraíso.
Te confieso, aún me quedo despierto recordando aquellas curvas peligrosas,
No es casual que aún siga solo, y me contente con tocar esta guitarra melodiosa.

Que encanto de mujer, y aún lo debes ser pues me recuerdas al vino,
Cuando más añejo es, más te lleva de su mano hacia el placer más humano.
Y en mi vieja vejez, ya lo ves, a mi casa he regresado,
Siguiendo las miguitas que dejé como Hansel, marcando mis pasos.

Y ahora ya voy por la mitad de un siglo de vaivenes inoportunos,
Me he resignado con Dios, la balanza, y el futuro.
Ya no busco equilibrarme, me sientan bien los extremos y el cigarro,
Más no me resigné a olvidarte como olvidan los dejados.

22/05/2010

Annie

sábado, 8 de mayo de 2010

Renaciendo




Es una tarde blanca, de ilusiones y canciones
Que acompañan mi café con esperanzas.
Es una tarde mansa, de conversaciones y perdones
Que concluyen los enojos con palabras.

Y en la cámara de fotos se atesoran las imágenes,
De aquel sauce en el campo que sombreaba mis penas,
Del reloj en la pared detenido en las siestas,
De las risas, de los llantos, y los cantos del ayer.

No sonrío porque sé que estás ahí, sonrío porque te fuiste.
No describo lo que digo que viví, sino lo que he pensado.
No termina lo que nunca fue, sólo comienza lo que fue anunciado.
No te hablo de lo que sabes, te cuento lo que te perdiste.

Es una noche fría, de esas que piden cama y un buen libro.
Es una noche sobria, de miércoles sin limón ni sal.
Es una noche vieja, de recuerdos encerrados en tus ojos.
Es una noche, y basta con decirte que me encanta.

Y en el tren del no me acuerdo dejé que se fueran mis miedos,
De caerme y lastimarme otra vez con tu presencia,
De buscarme y no encontrarme en mis ideas, mi cabeza,
De soñar y de esforzarme en vano, ante los malos ratos.

No es un cuento, es una vida que me corre por las venas.
No es un mar, es una herida que se cierra con el tiempo.
No es un candado, es una llave que te doy para que salgas.
No es un verso, es una prosa disfrazada con metáforas.

Y acá estoy, renaciendo en las palabras hechas canto,
Que coronan lo sufrido en la vida anterior.

08/05/2010

Annie